Ya lo dice el refrán: “abril, aguas mil” y si el refrán se cumple, es un mes en que las setas de primavera alcanzan, sobre todo en zonas templadas, su máximo esplendor. Pero, todavía podemos encontrar la seta de Marzo (Hygrophorus marzuolus), que, en las zonas más altas, fructifican hasta en el mes de mayo.

La seta de abril, el perretxiko o la zuza (Calocybe gambosa), también tienen su refrán: “las de marzo y abril para mí y las de mayo para el amo…”. Es una de las especies más representativas de esta estación y una de las más valoradas y buscadas, alcanzando, sobre todo las primeras unos precios desorbitados.

También comienza a brotar en las verdes praderas, las correderas o senderuelas (Marasmius oreades,), una seta realmente rica que sale con abundancia formando grandes corros y se puede secar con gran facilidad.

Además, es un mes donde podemos recolectar las colmenillas (Morchellas sp.), Morchella esculenta y vulgaris, en bosques de ribera, en encinares, incluso en lugares quemados, siempre en suelos neutros o calcareos. Morchella tridentina, muy cosmopolita, podemos recolectarla en encinares, bosques de ribera, pinares y bosques de abetos, siempre en terrenos calcáreos, en suelos removidos, donde se amontonan restos de madera. Morchella fluvialis, típica de bosques ribereños y asociada a fresnos (Fraxinus excelsior). Estas, son las más típicas, que suelen fructificar entre abril y mayo

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Otra especie que podemos recolectar durante este mes de abril, es el bonete (Helvella leucopus). La encontramos en las choperas arenosas de las riberas de los ríos.

También en estos lugares, para los más afortunados, se pueden localizar algunos brotes de seta de chopo (Agrocybe aegerita), especie que fructifica sobre troncos muertos y cortados de chopos y olmos y que en los últimos años se cultiva con éxito.