Empezamos un nuevo año micológico y queremos aprovechar para desearos, además de que todo os vaya muy bien, que venga cargado de grandes satisfacciones en la búsqueda y estudio de estos “frutos” de nuestros bosques y prados.
Realmente debería ser Temporada de setas baja, porque la climatología pone en su sitio a todos los seres vivos. Lo cierto es que, debido a la ausencia de heladas o bajas temperaturas, diciembre ha sido un mes atípico en lo que se refiere a la aparición de setas, especialmente en pinares y encinares.
Parecía que esto iba a continuar en enero, pero una semana de fuertes heladas, han dejado claro que esto toca a su fin. A pesar de ello, en los primeros días del mes, todavía se podían recolectar níscalos (Lactarius deliciosus), Lengua de Vaca (Hydnum repandum), Craterellus tubaeformis, Craterellus lutescens, especialmente en bosques de Pino rojo o Pino silvestre.
En los bosques de frondosas, prácticamente nada, salvo Lengua de vaca (Hydnum repandum) y cuerno de la abundancia (Craterellus cornucipioides). En los prados de media montaña, todavía podemos recolectar algún Pie violeta (Lepista personata). En los encinares aún se ve algún Hygrophorus Russula (Carlit) y lengua de vaca, de varias especies (Hydnum albidum, H. rufescens, H. ovoideisporum…).
Y poco más de los “restos de temporada”; ahora, a afrontar el nuevo año y a esperar la primavera que reactivará los micelios de muchas especies primaverales. Pero entre el invierno y la primavera, hay una seta que se aventura a brotar y desafiar a la naturaleza, entre las nieves y las fuertes lluvias: nos referimos a la Seta de Marzo o Seta de ardillas (Hygrophorus marzuolus). En nuestra experiencia, la hemos visto desde diciembre hasta junio, dependiendo de la altitud y, lógicamente, de la climatología. Esto es debido a que se caracteriza por un amplio rango de crecimiento, no siendo extraño, por tanto, poderla recolectar en enero.
De todas formas, hemos empezado muy mal el año, con fuertes heladas sobre un suelo desnudo y en muchos casos seco, lo que impide al micelio desarrollarse adecuadamente para fructificar posteriormente. No obstante, estaremos atentos a las próximas nieves anunciadas y lo que den de sí.
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