Ya estamos en pleno otoño y…. ni rastro de él!!!. Las temperaturas continúan siendo altas y en muchas zonas de la península, la sequía se prolonga, como sucede en la Cordillera Cantábrica donde, desde Julio, apenas ha llovido y donde las setas han desaparecido casi por completo. En otras zonas, sin embargo, las abundantes lluvias han provocado un gran brote de setas.
Si nos referimos propiamente al mes de octubre, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que es el mes de año en el que se produce el pleno apogeo de las setas. En él todavía podemos encontrar especies más propias del verano, como Russula cyanoxantha, R. virescens, R. vesca, Cantharellus cibarius, C. subpruinosus, Craterellus cornucopiodes, Boletus reticulatus, Boletus appendiculatus, Boletus pinophilus, etc. De ellas hemos hablado en anteriores posts de Temporada de setas. Algunas continuaran fructificando hasta principios de invierno, pero ya en otros hábitats, como sucede con la lengua de vaca (Hydnum repandum).
En cuanto a las especies que son propias de esta estación, dada su abundancia, iremos haciendo un repaso por los distintos hábitats en los que podemos recolectarlas.
En los robledales y hayedos podemos encontrarnos, por ejemplo, con Amanita rubescens, Clitocybe nebularis y Lepista nuda, especies con las que debemos tener especial cuidado, porque no todo el mundo las tolera y, en algunos casos, son consideradas tóxicas. Abundantes en este tipo de bosques, pero de suelos ácidos, son los apreciados y perseguidos Boletus de carne blanca (B. edulis, B. pinophilus y B. aereus), junto a ellos la molinera (Clitopilus prunulus) o como suelen llamarla muchos aficionados “la chivata”, porque suele frecuentar los lugares donde fructifican estas especies.
En los bosques de coníferas (pinos y abetos) se produce una gran explosión de especies, entre las que destacan los níscalos o robellones (Lactarius deliciosus, L. sanguifluus, L. semisanguifluus, L. quieticolor y L. salmonicolor). También son abundantes, en los pinares ácidos, Boletus edulis y B. pinophilus. Otra especie tan abundante como buscada, es la “Angula de monte” o Craterellus lutescens, frecuente en pinares básicos o calcáreos. Otras especies frecuentes en este tipo de bosques, son las Tricholomas, como Tricholoma equestre o seta de los caballeros, que se encontraba, hace unas décadas, entre las especies mejores comestibles. De sabor fino y delicado (damos fé), decimos “se encontraba”, porque ha causado varios envenenamientos con desenlace fatal en Francia. Al parecer provoca un síndrome denominado rabdomiólisis, al consumirla en grandes cantidades y en días sucesivos. Bajo sospecha se encuentra también otro Tricholoma muy popular como es T. terreum o negrilla. Y para terminar nuestro paseo por los bosques de coníferas, otra especie abundante en los pinares en época otoñal es la Lengua de vaca o Hydnum repandum.
Por último, nos quedan los claros de bosques con brezos y las praderas, donde también podemos disfrutar con la recolección de un gran número de especies. En las praderas, el rey es el sabroso y rico champiñón (Agaricus campestris), como la especie de Agaricus más común y abundante. Otra especie clásica es la Galanperna o Parasol (Macrolepiota procera). También en este hábitat encontramos el Pie azul o Lepista nuda, y la Seta de brezo (Lepista panaeola). Y qué decir de la Seta de cardo (Pleurotus eryngii), una de las setas más ricas de la temporada, que brota de forma abundante después de las grandes lluvias otoñales. La lista es larga…. Sigue otro clásico, la Senderuela o carrerilla (Marasmius oreades). Menos frecuente y esquiva es Leucopaxillus candidus, que brota en grandes hileras de más de 50 metros. Todavía quedan por mencionar muchas especies, pero vamos a despedirnos ya de los prados y claros de bosques, con otra gran seta: la Platera o Clitocybe geotropa.
Para terminar, no olvidemos que también es tiempo de setas venenosas y mortales, cuya lista es muy larga: Amanita phalloides, A. pantherina, A. muscaria, Galerina marginata, Lepiota helveola y L. subincarnata, Entoloma sinuatum, Cortinarius orellanus, Paxillus involotus (posiblemente también las especies afines), Agaricus xanthodermus, etc.
Así que, por favor, sed cautelosos y no consumir setas si no estáis seguros de su identificación. Además, hay que consumirlas en buen estado, porque algunas especies, aún siendo comestibles, si están degradadas pueden ser tan dañinas como las venenosas.
¡¡Hasta el próximo post!!
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