Bueno, ya estamos a las puertas de la temporada reina de las setas: el otoño. Climatológicamente hablando, septiembre es clave en el devenir de la temporada. Si comenzamos este mes con temperaturas más suaves y con una sucesión de frentes que nos traigan abundantes lluvias, entonces estaremos frente a una campaña micológica excelente. Si, por el contrario, las temperaturas se mantienen elevadas y los días de lluvia son mínimos, entonces nos encontraremos una temporada al menos incierta o pobre. Lo cierto, es que se puede reconducir en octubre, pero ya no será lo mismo. Por lo tanto, este mes de septiembre marca la diferencia. También tenemos que mirar al final de agosto para intuir lo que puede ser este inicio de temporada. En muchas zonas no ha podido empezar mejor, debido a las abundantes tormentas que han descargado gran cantidad de agua. Pero en esto, como sabéis “la risa va por barrios” ya que en otras zonas apenas si ha llovido, por lo que hay que estar al tanto de esas tormentas y frentes.
Como ya hemos comentado otras veces, este mes puede ser la última oportunidad en aquellas cotas más altas de la Cordillera Cantábrica o de los Pirineos, donde la caída térmica es muy acusada. En los bosques montanos de cotas altas, septiembre e incluso octubre, son fechas tardías para muchas setas. Así, en dichas cotas, finales de agosto ya es plena temporada para especies como Boletus edulis y B. pinophilus o incluso Lactarius salmonicolor, L. deliciosus y L. sanguifluus, típicamente otoñales en zonas más termófilas.
En los bosques caducifolios, si la humedad y la temperatura son adecuadas, es quizás el mejor mes del año. Una gran explosión de setas se extiende por estos bosques, especialmente Boletus (B. aereus, B. reticulatus, B. edulis, B. satanas, B. rhodoxanthus, B. erythropus y así hasta algo más de 30 especies), pero también son abundantes las Russulas (Russula virescens, R. cyanoxantha, R. vesca, R, melliolens, R. aurata…). Gran número de ellas, en las zonas más húmedas, han ido apareciendo durante todo el verano. Muchos bosques se cubren de auténticas alfombras de la trompeta de los muertos (Craterellus cornucopioides), así como de otros Craterellus (C. tubaeformis) y Cantharellus (C. cibarius, C. pallens, C. friesii), y también de grandes corros de pie de Rata o Ramarias, como la tóxica R. formosa o algunas comestibles como R. flava o R. botrytis. Otra especie clásica, que forma grandes corros en los bosques, es la lengua de vaca o Hydnum repandum, con tonalidades naranja rosadas en esta época del año.
En este mes, otra especie frecuente es el Higado de buey (Fistulina hepática), que brota en los viejos troncos de robles y castaños.
También si la lluvia es generosa, despiertan los bosques de coníferas y empiezan a verse las primeras angulas de monte (Craterellus lutescens) y los níscalos, robellones o esne-gorriak y, como no, también los “cosmopolitas” Boletus edulis y B. pinophilus, a los que les encantan los pinares y abetales viejos y de suelo ácido.
Si esas lluvias de septiembre son realmente generosas, los prados vuelven a recuperar el verde intenso y los Agaricus brotarán abundantes en ellos, especialmente A. campestris. También en las praderas y claros de bosques brotará por todos los lados el Parasol o Galanperna (Macrolepiota procera)
No podemos olvidarnos de que también es temporada para las especies más venenosas, por lo que los aficionados deben extremar la prudencia. La Seta engañosa, Maltzurra o Entoloma sinuatum (esta especie, por ejemplo, causa el 75% de los envenenamientos del País Vasco), Amanita phalloides (Mortal) y Amanita pantherina, brotan con abundancia en robledales y hayedos. Boletus satanas aparece en robledales y encinares, mientras que Amanita muscaria, es más cosmopolita y abunda bajo frondosas y coníferas, la escasa y rara Amanita virosa (mortal) queda restringida a hayedos montanos de suelo ácido, para terminar, el mucho más raro y escaso Cortinarius orellanus (mortal), se pueden recolectar en todo tipo de bosques. Para terminar, otra especie muy abundante en frondosas y coníferas y considerada mortal en los últimos años, es Paxillus involotus.
Como siempre, recomendamos a aquellos aficionados poco experimentados recoger setas con prudencia, así como recolectar unos pocos ejemplares para poder analizarlos en centros habilitados para tal fin, como las Sociedades Micológicas, que suelen disponer de un servicio de atención al aficionado para la identificación de setas.
¡Os esperamos los lunes en nuestro local de la Micológica de Barakaldo!!!
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